"El tilo", César Aira

Novela cortita con un ameno narrador en primera persona cuyo juego es parecerse mucho al autor de carne y hueso. Con un tono que tiene algo de inocente y candoroso nos situamos en la infancia de este personaje, en el Pringles de la década del 50, y pasamos por una cadena de anécdotas, algunas de las cuales son muy graciosas y están imbuidas del estilo Aira. A través de este collage de imágenes pueblerinas, se traza un cuadro que hace referencia, de manera fresca y cristalina, al fenómeno del peronismo. La plaza del pueblo con el tilo del título, las vecinas chusmas, el padre electricista, la madre casi enana, la casa familiar que poco se parece a una casa… (imperdible la escena de los bichos canasta). El narrador entra y sale de las escenas evocadas con facilidad, sin ningún norte predefinido, por el solo gusto de contar. Uno se queda con ganas de más.
En lo formal, se trata de un texto que se aleja de la estética surrealista del autor, pero que aún así nos permite advertir su impronta: una prosa salpicada de reflexiones profundas que parecen triviales y viceversa. Ese es el encanto de Aira, hacer que lo que nos rodea se convierta de pronto en algo narrable, imaginativo y filosófico. Siempre usando un tono alejado de toda pretensión, dicho como al pasar.
Leyendo esta obrita, uno quiere creer en la autobiografía y pensar que se acerca un poco al Aira real, a la génesis de esta escritura capaz de ganar fanáticos. Pero ya se sabe: los caminos de la ficción son adorablemente engañosos.

Comentarios

David Pérez Vega ha dicho que…
Hola:
Leí este de Aira y Cumpleaños y también me quedé con ganas de más.

Tengo en casa La ocasión de Saer, este año me pondré con él. Ahora estoy con El entenado, que me gusta bastante.

Saludos
David
............... ha dicho que…
Hola David!
Qué buen libro El entenado!
Yo en cualquier momento saco de la biblio uno más de Aira, a lo mejor me decido por El volante (por suerte hay varios). Yo leí bastantes novelas suyas y nunca me defraudó. Lo que sí me pasó es que saturó un poquito, pero ya oasaron suficientes años.
Saludos desde Rosario!!
L.
orlando ha dicho que…
Coronel Pringles...1957. Vibro al recordarlo con el corazón de un chico de 10 años que juntaba caracoles en la Plaza y se los llevaba en el bolsillo -de su pantaloncito corto-hasta su casa para verlos subir por las paredes del lavadero. No recuerdo el tilo, si la misteriosa arquitectura de la municipalidad, y la Iglesia, en cuya torre una tarde se posó un águila que venía de sierra de la Ventana. Prometo buscar el tilo en el libro, mientras se me agolpan los recuerdos. El electricista será Farías? Y Arturito Carreras?Dónde están?